Redacción C&E.-«Para mis mensajes, para mi agenda, para mi trabajo, creo que es el que va a hacer el mejor papel en estos momentos». Isabel Díaz Ayuso se refería así a su actual jefe de Gabinete, el asesor político Miguel Ángel Rodríguez, más conocido como MAR. Fue nombrado en enero de 2020, pero ya trabajó con la dirigente del Partido Popular durante la campaña a las elecciones autonómicas de 2019. Su designación despertó recelos y fobias en los socios de la presidenta. Ciudadanos mostró su disconformidad con esta elección en una reunión del consejo de Gobierno de la región. Pero la opinión de los naranjas no evitó el plan de Ayuso de trabajar conjuntamente con Rodríguez.
Llega MAR, se intensifica la agresividad en los mensajes de la presidenta y se potencia la confrontación con el Gobierno central. Detrás de los ataques, Pablo Casado intenta hacerse hueco en un escenario en el que Ayuso consigue ensombrecer al líder de su formación. «MAR emplea para Ayuso una estrategia de notoriedad. Ello significa buscar siempre titulares de prensa, acciones comunicativas, fotografías para salir en medios», asegura Xavier Peytibi, politólogo y consultor de comunicación política en Ideograma. La firme presencia mediática de Ayuso, enmarcada en un constante clima de polarización, permite a la presidenta construir un relato en el que logra aparecer como una líder activa.
La profesora de comunicación política de la Universidad Complutense de Madrid Paula Requeijo explica que «Miguel Ángel Rodríguez ha conseguido convertir a Díaz Ayuso en la principal cara visible de la oposición empleando una estrategia de confrontación permanente que se basa en un lenguaje agresivo, faltón y, en ocasiones, vulgar«. Requeijo remarca que MAR conoce perfectamente las claves del actual escenario político: «Ciudadanos profundamente decepcionados con las instituciones, los partidos y los líderes; alta polarización política; hiperpersonalización: el candidato puede tener más peso que el propio partido; y el dominio de las redes sociales, que marcan un tiempo frenético de presente continuo».
En un entorno con estas características «funciona la lógica populista». La profesora recuerda que «Miguel Ángel Rodríguez ha trabajado como periodista y publicista además de como político y asesor, por lo que domina totalmente el código propio de la persuasión». Esta experiencia le permite conocer el funcionamiento de los medios de comunicación y de las redes sociales, entendiendo qué declaraciones y acciones van a lograr convertirse en titulares y viralizarse.
Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), mantiene que el equipo de Ayuso encontró que había una oposición muy frontal a Pedro Sánchez entre núcleos de población vinculados a la derecha. «Pablo Casado tuvo que adoptar un tono más moderado e institucional durante la primera ola de la pandemia, con muy poco espacio para hacer oposición. Así que, desde Madrid, decidieron hacer una oposición por defecto. La presidenta ha estado en contra de todas las decisiones del Ejecutivo central», manifiesta Fumanal.
Esta estrategia, no obstante, puede tener un efecto bumerán. «MAR intenta conseguir en Ayuso la imagen de una líder. Ni más ni menos. No sólo de una gestora, sino de alguien que ejerce el liderazgo, que tiene visibilidad cada vez más pública y que genera adhesiones aunque, por supuesto, también enemigos: esta imagen de estar en todos sitios también origina mucha más antipatía que si no tuviera tanta visibilidad», señala Peytibi.
Este efecto negativo se ha hecho patente en las explicaciones de la presidenta por el lento suministro de las vacunas en la región. «La estrategia de la Comunidad es vacunar bien, no a cualquier velocidad. Por eso hemos guardado la segunda dosis y que todo el proceso sea efectivo», detalló recientemente Ayuso. Tan solo una semana antes de esas palabras, la jefa del Ejecutivo autonómico aseguró que Madrid iba «a vacunar los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, los sábados, los domingos y los festivos. Mañana y tarde. Con todos los medios disponibles, públicos y privados. Incluso de noche».
Fumanal, no obstante, opina que la presencia mediática, en estos momentos de «altísima polarización», no provoca desgaste: «La política ha dejado de ser un elemento de valoración racional para ser un elemento de creación emocional. Si mañana hubiera elecciones en la región, Ayuso se convertiría en una de las pocas líderes con mayoría absoluta». La experta en comunicación advierte que lo que genera desgaste no es aparecer en los medios, «lo que provoca desgaste es no aparecer».
«Para mis mensajes, para mi agenda, para mi trabajo, creo que es el que va a hacer el mejor papel en estos momentos». Isabel Díaz Ayuso se refería así a su actual jefe de Gabinete, el asesor político Miguel Ángel Rodríguez, más conocido como MAR. Fue nombrado en enero de 2020, pero ya trabajó con la dirigente del Partido Popular durante la campaña a las elecciones autonómicas de 2019. Su designación despertó recelos y fobias en los socios de la presidenta. Ciudadanos mostró su disconformidad con esta elección en una reunión del consejo de Gobierno de la región. Pero la opinión de los naranjas no evitó el plan de Ayuso de trabajar conjuntamente con Rodríguez.
Llega MAR, se intensifica la agresividad en los mensajes de la presidenta y se potencia la confrontación con el Gobierno central. Detrás de los ataques, Pablo Casado intenta hacerse hueco en un escenario en el que Ayuso consigue ensombrecer al líder de su formación. «MAR emplea para Ayuso una estrategia de notoriedad. Ello significa buscar siempre titulares de prensa, acciones comunicativas, fotografías para salir en medios», asegura Xavier Peytibi, politólogo y consultor de comunicación política en Ideograma. La firme presencia mediática de Ayuso, enmarcada en un constante clima de polarización, permite a la presidenta construir un relato en el que logra aparecer como una líder activa.
La profesora de comunicación política de la Universidad Complutense de Madrid Paula Requeijo explica que «Miguel Ángel Rodríguez ha conseguido convertir a Díaz Ayuso en la principal cara visible de la oposición empleando una estrategia de confrontación permanente que se basa en un lenguaje agresivo, faltón y, en ocasiones, vulgar«. Requeijo remarca que MAR conoce perfectamente las claves del actual escenario político: «Ciudadanos profundamente decepcionados con las instituciones, los partidos y los líderes; alta polarización política; hiperpersonalización: el candidato puede tener más peso que el propio partido; y el dominio de las redes sociales, que marcan un tiempo frenético de presente continuo».
En un entorno con estas características «funciona la lógica populista». La profesora recuerda que «Miguel Ángel Rodríguez ha trabajado como periodista y publicista además de como político y asesor, por lo que domina totalmente el código propio de la persuasión». Esta experiencia le permite conocer el funcionamiento de los medios de comunicación y de las redes sociales, entendiendo qué declaraciones y acciones van a lograr convertirse en titulares y viralizarse.
Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), mantiene que el equipo de Ayuso encontró que había una oposición muy frontal a Pedro Sánchez entre núcleos de población vinculados a la derecha. «Pablo Casado tuvo que adoptar un tono más moderado e institucional durante la primera ola de la pandemia, con muy poco espacio para hacer oposición. Así que, desde Madrid, decidieron hacer una oposición por defecto. La presidenta ha estado en contra de todas las decisiones del Ejecutivo central», manifiesta Fumanal.
Esta estrategia, no obstante, puede tener un efecto bumerán. «MAR intenta conseguir en Ayuso la imagen de una líder. Ni más ni menos. No sólo de una gestora, sino de alguien que ejerce el liderazgo, que tiene visibilidad cada vez más pública y que genera adhesiones aunque, por supuesto, también enemigos: esta imagen de estar en todos sitios también origina mucha más antipatía que si no tuviera tanta visibilidad», señala Peytibi.
Este efecto negativo se ha hecho patente en las explicaciones de la presidenta por el lento suministro de las vacunas en la región. «La estrategia de la Comunidad es vacunar bien, no a cualquier velocidad. Por eso hemos guardado la segunda dosis y que todo el proceso sea efectivo», detalló recientemente Ayuso. Tan solo una semana antes de esas palabras, la jefa del Ejecutivo autonómico aseguró que Madrid iba «a vacunar los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, los sábados, los domingos y los festivos. Mañana y tarde. Con todos los medios disponibles, públicos y privados. Incluso de noche».
Fumanal, no obstante, opina que la presencia mediática, en estos momentos de «altísima polarización», no provoca desgaste: «La política ha dejado de ser un elemento de valoración racional para ser un elemento de creación emocional. Si mañana hubiera elecciones en la región, Ayuso se convertiría en una de las pocas líderes con mayoría absoluta». La experta en comunicación advierte que lo que genera desgaste no es aparecer en los medios, «lo que provoca desgaste es no aparecer».
De Aznar a Ayuso
Miguel Ángel Rodríguez conoció a José María Aznar cuando cubría como periodista su campaña electoral para presidir la Junta de Castilla y León. El representante, en ese momento, de Alianza Popular decidió fichar a Rodríguez, que tan solo tenía 23 años, como portavoz de la Junta. Una vida política al lado del expresidente que ha marcado su talante y trayectoria profesional. La influencia del aznarismo en el Gabinete de Díaz Ayuso ha sido una constante en su estrategia de comunicación.
«La experiencia con Aznar y la estrategia desarrollada influyen mucho, ya que tanto Aznar como Ayuso son neoliberales en el terreno económico y muy conservadores en el social. Ayuso es la continuación de la política de Aznar a nivel autonómico y de la de Esperanza Aguirre. Sabe vehicular este contenido neoliberal y muy conservador a través de formas de expresión que se enmarcan en la libertad, el lenguaje directo y el humor cínico. Además, Miguel Ángel Rodríguez es uno de los artífices del acuerdo de las tres derechas», subraya Requeijo.
Fumanal asegura que la influencia del aznarismo está presente porque detrás se encuentra el mismo personaje: «El estilo de Aznar, o en este caso el estilo de MAR, es característico en la comunicación de Ayuso. Los asesores suelen aplicar sus métodos, por supuesto con matices, porque creen que son los que funcionan». Estas formas han provocado que Ayuso haya pronunciado declaraciones muy mediáticas y polémicas.
Las frases de la presidenta
Requeijo recopila algunas de las expresiones que califica de «coloquiales» o, directamente, «vulgares», y que normalmente conllevan, implícitamente o explícitamente, un aviso o amenaza. Estas frases de Ayuso suelen ir acompañadas de «un humor cínico» cuyo objetivo es conectar con una parte del electorado. «La educación concertada en la Comunidad de Madrid no se toca», dijo Ayuso en referencia a la Ley Celaá. «La curva en Madrid es el reflejo de la curva de su boca, mustia», refiriéndose a la diputada de Más Madrid Mónica García. «En Madrid la gente no quiere vivir subvencionada», aludiendo a Andalucía. «No es un problema que los niños que están en sus casas confinados y hartos de estar ahí tengan que aguantar los menús que les podrían poner sus Señorías de Podemos que, a lo mejor, son los menús de Venezuela«. «Ustedes decían que cómo iba a traer yo dos aviones. Traje diez. Diez aviones. Con mi gestión y nunca con la ayuda de sus liberados sindicales. Trescientos en casita. Ya se podían haber puesto la mascarilla y ponerse a trabajar».
Finalmente, la profesora menciona lo que dijo Ayuso cuando el Gobierno de Sánchez propuso medidas de armonización fiscal para evitar desequilibrios fiscales entre comunidades: «Seré la peor pesadilla de quien sea si empiezan a tocarle los bolsillos al contribuyente madrileño para pagarle la fiesta, la corruptela, al independentismo, que es corrupción».
Eclipsar a Ciudadanos y Vox
Las formas son esenciales para acaparar la atención. MAR consigue mantener a Ayuso en el foco mediático y político. Algo que, a pesar de que puede conllevar cierto desgaste, también oculta y esconde a los rivales políticos, especialmente a aquellos que luchan por un mismo electorado. Peytibi considera que esto es un gran éxito comunicativo: «La presidenta de Madrid y su equipo han logrado ser el centro de la información y eclipsar al resto de socios de gobierno».
Para Requeijo, es una buena estrategia en el actual escenario político tremendamente polarizado: «Las opciones políticas se asemejan ahora mismo a bandos en una contienda: los demás partidos (especialmente la oposición pero, en ocasiones, también los que son cercanos ideológicamente) son enemigos, no adversarios. Los votantes son fieles. Esta estrategia ayuda a reforzar, sobre todo, a las bases que se identifican así con un nosotros a modo de bloque homogéneo frente a un ellos».
Así es Ayuso, Aguado entrevistado en ‘Sálvame’
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, fue entrevistado en el programa de entretenimiento ‘Sálvame’, en Telecinco. Jorge Javier Vázquez, conductor de ese espacio televisivo, preguntó al representante sobre el comportamiento de la presidenta: «¿Es así o se lo hace?». Aguado respondió: «Es una persona que no esconde nada». El fragmento se viralizó y el PP de Madrid no dudó en publicar un vídeo bajo el hashtag #AyusoEsAsí.
«Es una estrategia para movilizar activistas en redes», añade Peytibi
«Es una estrategia para movilizar activistas en redes. No cambia percepciones, y menos en un contexto polarizado como el actual, pero lo que hace es mostrar apoyo y generar actividad entre aquellas personas más activas políticamente en redes. Se denomina estrategia de respuesta rápida, y es muy usual, siempre y cuando la comunicación entre equipo de comunicación y activistas esté bien engrasada», indica Peytibi.
El vídeo expone a la presidenta de la Comunidad de Madrid acompañada por ciudadanos alegres y sonrientes. A la vez se combinan las declaraciones más directas y agresivas de Ayuso. «Este tipo de estrategias son fundamentales en el actual escenario político. Sabemos que el mal llamado fenómeno de la americanización de la comunicación política se caracteriza, entre otras cosas, por la importancia que el rol estilístico (el candidato como persona) tiene frente al político (el candidato como gestor)», señala Requeijo.
La profesora de la Universidad Complutense explica que desde la década de los 70 muchos electores de las democracias liberales desconfían de la utilidad de las instituciones y de los partidos. Esto muestra el interés de MAR por presentar a Ayuso como una mandataria con voz propia, por encima de las instituciones y de su propio partido.
‘Trumpismo’ antes de Trump
Donald Trump ha conseguido generar todo un movimiento político, definido ya como trumpismo. Una ideología que entiende la política con las formas y estrategias del expresidente de Estados Unidos. Una inspiración para la extrema derecha en todo el mundo. La mala relación con los medios críticos, los mensajes vulgares y el señalamiento a periodistas son elementos propios de la marca Trump.
Sin embargo, estos métodos ya existían antes de que el magnate llegara a la Casa Blanca. Cuando Miguel Ángel Rodríguez fue portavoz de la Junta de Castilla y León, según denuncian varios periodistas, mantenía una lista negra repleta de nombres de profesionales de medios de comunicación con aspectos de la vida personal de cada uno de ellos. En ese listado calificaba a los profesionales atendiendo a las simpatías que albergaran por el Gobierno de Aznar, clasificando desde los más afines a los más críticos.
«La comunicación política acuñó hace tiempo la expresión ‘medios ganados’ para denominar a aquellos medios de comunicación que van a difundir un discurso positivo de nuestro partido y candidatos frente a los ‘medios no ganados’. También hay otra expresión anglosajona, opposition research, que se centra en la búsqueda de ‘trapos sucios’ para emplearlos como munición contra los oponentes», expresa Requeijo.
«Esperanza Aguirre llegó a salir en calcetines en una rueda de prensa», recuerda Fumanal
España ya tenía las formas de Trump instaladas en la política antes, incluso, del surgimiento de Vox. Verónica Fumanal ofrece un ejemplo: Esperanza Aguirre. «Aunque Donald Trump es un personaje histriónico, en la proporción en que abandona las formas habituales de la política, vamos a dejar el concepto trumpista porque Trump no es la medida de todas las cosas. Esperanza Aguirre llegó a salir en calcetines en una rueda de prensa. Fue un personaje creado al albur del programa ‘Caiga quien caiga’, presentado, entre otros, por el Gran Wyoming. Un programa en el que los reporteros solían hacer preguntas fuera de tono. Ella se dio cuenta de que ese tipo de preguntas, polémicas, hirientes, le daban mucha cancha mediática. Personajes histriónicos ha habido siempre», defiende la asesora.
Los asesores políticos se encargan de dar forma a los líderes políticos. Donald Trump tuvo su mentor, Steve Bannon, al que ha indultado antes de abandonar la Casa Blanca. El antiguo consejero del expresidente de Estados Unidos tiene una serie valores muy marcados y es defensor de los populismos de derechas. Pero no todos consultores se encuadran dentro del espectro izquierda-derecha y prefieren evitar estas etiquetas. Es el caso del lado opuesto del asesor de Ayuso, el jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo.
Miguel Ángel Rodríguez e Iván Redondo
Ivan Redondo es «ideológicamente humanista». «Creo en el progreso de la sociedad como la mayoría de los votantes», admitió en El Diario Vasco. El jefe de Gabinete de Pedro Sánchez evita las etiquetas izquierda-derecha. No es un hombre de partido. Asesoró al PP en Extremadura y ahora al secretario general del PSOE. «Creo firmemente en el entendimiento entre la izquierda y la derecha», dijo en una entrevista en la ‘Tuerka’. De hecho, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, reconoció en ‘Salvados’, en La Sexta, que cree que Redondo siempre ha preferido un pacto entre los socialistas y Ciudadanos.
Miguel Ángel Rodríguez, afín al Partido Popular, especialmente a la figura de José María Aznar, no ha evitado reconocerse ideológicamente en el centro derecha. Y, dentro de los populares, auténtico defensor del expresidente del Gobierno. «Creo que el Gobierno de Aznar ha sido el mejor de la democracia«, defendió en una entrevista en Castilla y León Televisión. Y su falta de simpatía por Rajoy le llevó a decir lo siguiente: «El segundo mejor Gobierno fue el de Felipe González».
Desde sus diferencias, ambos asesores organizaron la reunión de las banderas. Ambos con objetivos muy distintos. «El Gobierno de España intentó neutralizar la estrategia de confrontación radical de Ayuso en esa foto de Sol. Redondo pensó que aquel encuentro podía neutralizar los métodos de la presidenta y su asesor, pero consiguió todo lo contrario. A los pocos días ya teníamos, de nuevo, la ya mencionada oposición por defecto«, comenta Fumanal. Por su parte, Requeijo señala directamente a MAR y Ayuso como los ganadores de aquel entablado presidido por veinticuatro banderas. «Impusieron un marco conceptual a partir de palabras e imágenes y Pedro Sánchez no supo subvertirlo, sino que entró en la estrategia y en la lógica que impone ese marco», sostiene la profesora de la Complutense.
Ayuso, ¿candidata en unas generales?
«Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España?», se preguntó Ayuso en aquella reunión de las banderas. Más allá de los entresijos que albergan las declaraciones de la presidenta, es habitual que la política nacional gire en torno a la capital. Isabel Díaz Ayuso fue investida como presidenta de la región con los votos del PP, Ciudadanos y Vox el 14 de agosto de 2019. En aquel momento, la mandataria dijo: «Seremos el contrapeso a los desmanes del Gobierno de España si sigue en manos del PSOE».
Ayuso comenzó un camino de notoriedad pública, pasando de ser una desconocida a poder ganar las elecciones en la comunidad si se celebraran a día de hoy. Como todos los héroes o villanos tienen su opuesto, Iván Redondo y Pedro Sánchez también disponen del suyo. ¿Sería posible un futuro tándem para unos comicios generales protagonizado por Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez?
«Si a Ayuso, cuando se presentó a las elecciones autonómicas, le llegan a decir que va a ser presidenta, no se lo hubiera creído», estima Fumanal. La presidenta de ACOP reconoce que «los caminos de la política son inescrutables» y aconseja ser prudentes. «Puede que Ayuso tenga una oportunidad. Pero su futuro no está escrito. Si las variables continúan igual, seguirá su recorrido como presidenta de la Comunidad de Madrid, pero de ahí a ser la futura presidenta del Gobierno de España… A Susana Díaz —recuerda— le hicieron presidenta en muchas ocasiones y mira dónde está. Hay que ser muy cauteloso a la hora de hacer predicciones de este tipo. Seguro en política es que un día te morirás, no más».
«El escenario político y la vida de los partidos se han acelerado tantísimo en los últimos seis años que no sabría qué responder a si los podremos ver en puestos nacionales. Lo que está claro es que Rodríguez ha apostado por explotar el nacionalismo español de manera que Madrid ya no es que sea una metáfora y sinécdoque de España, es que es España en sí misma. Algo muy inteligente si pensamos que el eje nacionalismo español–nacionalismos periféricos está vertebrando con fuerza la ideología y el sentir políticos y de los ciudadanos», concluye Requeijo.
La crisis de la covid-19, lejos de calmar un clima de permanente crispación política —a veces, también social—, ha agravado las disputas y la confrontación en el terreno político. En este escenario, la agresividad y, como mencionaba Requeijo, la hiperpersonalización han acaparado el debate público y marcado la agenda mediática. Miguel Ángel Rodíguez conoce las reglas del juego y ha sabido construir a una candidata idónea.
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