Por Carlo Varela
@varelacarlo
La apabullante victoria de Morena y sus aliados redujo a la oposición a espacios electorales que ostentaba hace 40 años. Los treinta años de pluralidad política tocan a su fin, y se regresa a un sistema de partido hegemónico, aunque ahora en forma de alianza. Morena y sus aliados gobiernan el país, casi tienen mayorías constitucionales en las dos cámaras; parece que solo es cuestión de tiempo que senadores de la oposición cedan y cambien de partido. A nivel estatal, más del 73% de la población cuenta con un gobierno morenista, tienen pleno dominio en los Congresos estatales, con mayoría en 27 de ellos, y Morena se prepara para conquistar el resto de las gubernaturas que no le favorecen en los próximos años. La sorpresa de los resultados se debe a la sobreestimación de factores que favorecían a la oposición: el impacto de la marea rosa, el voto oculto, la participación diferenciada, la confianza en sus encuestas, la alianza PAN-PRI-PRD con los ciudadanos, las competencias locales y la participación de Xóchitl en los tres debates presidenciales. Estos factores estaban basados más en los deseos de columnistas, analistas y ciudadanos que en fundamentos reales. Finalmente, no se materializaron el día de la jornada electoral y, en cambio, sí prevaleció la maquinaria electoral de Morena, su buena campaña, el posicionamiento de su candidata y partido, los apoyos sociales, el deseo de mantener el rumbo, la popularidad y la intervención presidencial, su maquinaria electoral y un voto oculto que favoreció a Morena y no a la oposición, como ellos creían.
Claudia Sheinbaum (Morena-PT-PVEM) logró una avasalladora victoria con 35.9 millones de votos, el 61% del voto efectivo total emitido para presidente. Con esto, se colocó 33 puntos porcentuales por encima de su principal contendiente, Xóchitl Gálvez, candidata de la alianza opositora integrada por PAN, PRI y PRD, que captó 16.5 millones de votos, el 28% del total. Jorge Máynez de Movimiento Ciudadano quedó en tercer lugar, con 6.2 millones de votos, el 11% del total. La victoria de Sheinbaum es de las más robustas en los últimos 40 años, desde que en 1982 el PRI ganó con el 74% del voto nacional (ver gráfica 1). Históricamente, el partido en el poder tendía a captar menos votos en la elección siguiente, pero ahora, el voto por la alianza que Morena encabeza superó en 6 puntos porcentuales al obtenido por López Obrador en 2018. La oposición, que en conjunto había obtenido más del 40% de la votación en 2018 y 2021, esta vez no logró rehabilitar esos porcentajes; solo votó por ella el 28% del electorado, lo cual significa un fracaso para su estrategia aliancista.
Finalmente, las elecciones del 2024 tuvieron un final sorpresivo para la mayoría de la población, ya que el promedio mensual de encuestas publicadas daba una diferencia de 19 puntos porcentuales (pp) entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez (ver gráfica 2) y de 20 pp en el promedio de siete diferentes consultorías agregadoras de encuestas. Aunque existieron encuestas que fueron precisas, la mayoría preveía un escenario más competido. El error promedio de las últimas encuestas publicadas en el último mes fue de 5.9 pp, el más alto desde que comenzaron a publicarse encuestas electorales en 1988. Dos posibles explicaciones sobre las razones de porque se equivocaron tanto las encuestas con respecto al resultado oficial. La primera, efectivamente había una diferencia de más de 20 pp para Claudia, pero Morena tuvo una gran movilización el día de la jornada electoral mientras que la oposición movilizó muy poco o nada; la segunda el que la gente haya percibido una gran ventaja para Claudia desilusionó a simpatizantes de la oposición que percibieron que su voto no iba a afectar el resultado electoral y prefirieron no salir a votar de ahí que haya habido una participación menos a la de las dos últimas elecciones presidenciales.
Razones de la apabullante victoria de Sheinbaum.
- Adelantar el nombramiento de candidatos. A pesar de estar regulado por la ley, Morena adelanta los tiempos para dar a conocer a sus candidatos. Sheinbaum comenzó a realizar giras por todo el país después de las elecciones intermedias de 2021 para posicionar su forma de gobernar. Además, era la Jefa de Gobierno de la entidad más importante del país, lo que le daba reflectores nacionales. Su posicionamiento siempre fue muy superior a cualquiera de los candidatos de oposición. Ya en marzo del año pasado, con el proceso de selección interna del candidato de Morena a la presidencia, nuevamente tuvo reflectores nacionales y salió del proceso interno con una imagen muy superior al resto de los precandidatos de oposición (ver gráfica 3). A Morena le ha servido adelantar el destape de sus candidatos para posicionarlos por encima de los de la oposición que esperan a los tiempos oficiales. Recuérdese la campaña del Estado de México, donde Delfina Gómez fue designada candidata en agosto de 2022, mientras que Alejandra del Moral, la candidata del PAN-PRI-PRD, fue nombrada hasta noviembre. Lo mismo sucedió para la presidencia de la República, donde Morena adelantó los tiempos de su nombramiento un año antes de la elección, lo que le permitió ser más conocida y tener una mejor imagen que sus competidores. Aunque Xóchitl adelantó también su postulación, no logró tener un impacto similar al de Sheinbaum por la falta de cobertura nacional. Posiblemente, si no hubieran eliminado la votación interna entre ella y Beatriz Paredes, esto les hubiera redituado en un mayor nivel de conocimiento e imagen; fue un error haber cancelado las votaciones internas.
- Buena imagen de Sheinbaum. Claudia siempre mantuvo una imagen positiva y estable a pesar de los ataques de Xóchitl en los debates. La mayoría de la población percibía que, de los tres candidatos, Sheinbaum era la más capaz, tenía más preparación académica, más experiencia y era más cercana a la población que el resto de los candidatos. Su paso como Jefa de Gobierno era bien recordado: el 58% de la población a nivel nacional percibía que su desempeño fue bueno o muy bueno, frente al 24% que pensaba que era malo o muy malo. Inclusive con su participación en los debates nacionales, su imagen solo cayó ligeramente. Entre las razones que la gente esgrimía para votar por ella estaban que la consideraban una persona inteligente y científica (75%), que López Obrador la apoyaba (75%) y que era parte del movimiento de la 4T (75%).
- Buena imagen de Morena. Tal vez más sustancial que tener una mejor imagen de los candidatos es la imagen de los partidos. Morena siempre gozó de buena imagen entre la población y contaba con una base dura mucho mayor que el resto de los partidos (ver gráfica 4). Cuando se le pedía a la población que comparara a los partidos para saber cuál era más capaz, más cercano a la gente o mejoraría la situación económica o de seguridad del país, la ventaja de Morena era apabullante sobre el resto de los partidos.
4. Apoyos sociales. Dos fueron los temas centrales de las campañas: a) la ventaja de Sheinbaum en las encuestas y b) los apoyos sociales. Morena basó buena parte de su campaña en adjudicarse la aprobación de reformas constitucionales para que el gobierno federal diera apoyos sociales a la población y que la oposición había votado en contra, argumentando que si llegaban al gobierno los quitarían. Esto llevó a que buena parte de la campaña de Xóchitl fuera para prometer que de llegar a la presidencia no los quitaría. Encuestas realizadas en 2015 muestran que el 25% de la población en el gobierno de Peña Nieto era beneficiaria de un programa social; en abril de 2021 subió al 36% y para estas elecciones, la mitad de la población dijo ser beneficiada de un programa social, entre los que destacan los apoyos a adultos mayores y las becas. Existe una relación de que los beneficiarios de programas sociales tienden a votar más por Morena que aquellos que no los tienen, y si una familia es beneficiaria de al menos dos programas sociales, su intención de voto por Morena aumenta al 75%.
5. Grandes obras de López Obrador en el sur del país. Además de visitar constantemente el sur del país, López Obrador presumía las obras que realizó en estos estados: Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, principalmente. Estos estados se vieron beneficiados de estas obras y tuvieron más recursos económicos durante su administración. Al ver el perfil socioeconómico de los votantes, Sheinbaum tuvo un abrumador apoyo entre la población mayor de 55 años, entre la población de bajo grado de escolaridad y de ingresos, y entre aquellos que viven en el sur del país (ver cuadro 3). Xóchitl solo compitió en dos segmentos: el de mayor grado de escolaridad y de ingresos. Máynez dividió el voto de los jóvenes y de aquellos que viven en el centro-occidente del país. Comparado con López Obrador, Sheinbaum solo perdió el voto de la población con grado de escolaridad universitaria, y no creció entre aquellos segmentos que tenían ingresos altos y menos de 25 años.
6. Buenas campañas. La mayoría de la población opinó que les gustó más la campaña de Morena que la del PAN-PRI-PRD. Morena logró posicionar temas como los apoyos sociales, señalar a Fox como un presidente que no estaba de acuerdo con dar apoyos a la población, mantener la continuidad de la 4T y una buena imagen de su candidata respaldada en su buen gobierno en la Ciudad de México.
7. Apoyo presidencial. López Obrador siempre ha sido el principal referente para los simpatizantes de Morena. Sus niveles de popularidad están por encima de las dos terceras partes de apoyo entre la población del país (ver gráfica 7) y del 90% entre los simpatizantes de Morena. La mayoría de la población cree que durante su gobierno los apoyos sociales, las grandes obras, los ingresos de las personas, el crecimiento económico y la democracia han mejorado, y solo el combate a la corrupción y la inseguridad han empeorado. El 35% de la población considera que el mayor logro de AMLO es apoyar a la población. Opinan que con su gobierno hay más libertad, igualdad, cumplimiento de leyes y justicia, y menos corrupción, impunidad y pobreza.
8. Desde de continuar con la 4 Transformación. La mayoría de la población quería seguir siendo gobernada por la alianza de Morena (53%), frente a solo el 38% que deseaba un cambio de partido en el poder. La población no veía riesgos en continuar con el movimiento de la 4T y sí percibía beneficios, como el apoyo al pueblo con programas sociales y la realización de grandes obras en el país.
9. Estructura partidista. Morena desplegó una fuerte estructura en las elecciones presidenciales, con el mayor porcentaje de representantes de casilla. Según el INE, Morena registró al 93.2% de sus representantes ante las mesas directivas de casilla, el PRI al 77.8% y el PAN al 47.7%. Esta fuerza electoral permitió a la alianza de Morena ganar en 30 de los 32 estados del país, obtener 256 constancias de mayoría para diputados federales (una cifra no alcanzada desde 1991) y posiblemente tener control de 27 congresos locales. Un ejemplo de su fuerza electoral es que la alianza de Morena recuperó un punto porcentual en los cómputos distritales comparado con los datos del PREP y del conteo rápido realizado por el INE, al luchar por cada voto en los cómputos distritales. De hecho, como se expresó en párrafos anteriores la diferencia entre los resultados finales y el promedio de encuestas puede ser explicado por una gran movilización de Morena el día de la jornada electoral, mientras que la oposición movilizó muy poco o casi nada.
10. Apoderamiento de la narrativa. Durante el sexenio, Morena se ha apropiado de palabras como «pueblo», «bienestar», «justicia», «apoyos» y «honestidad», estigmatizando a la oposición con términos como «corrupción», «mafia», «deshonestos», «neoliberales», «conservadores» y «traidores». Esta narrativa ha complicado a la oposición defender sus puntos de vista sin recurrir a términos peyorativos. Estos calificativos se reflejan en la mala imagen que la oposición tiene entre la población.
11. Temas nacionales que cuentan con respaldo popular. Además de no haber podido establecer un lenguaje favorable para la oposición, Morena ha promovido temas que cuentan con respaldo popular y seguirá utilizándolos. La mayoría de la población apoya la elección de jueces y ministros por voto popular, la eliminación de plurinominales del Congreso, la permanencia de los militares en tareas de seguridad pública, la eliminación de órganos autónomos, la austeridad gubernamental e incluso la renacionalización de la energía eléctrica. Claudia Sheinbaum ya ha anunciado una encuesta sobre la reforma judicial, donde la mayoría de la población desconfía del poder judicial y probablemente esté de acuerdo con esta reforma.
12. Mejoría de la situación económica e esperanza de que inseguridad vaya a disminuir. La mayoría de la población percibe un buen entorno económico. Consideran que, con el gobierno de López Obrador, especialmente los simpatizantes de Morena, la situación económica ha mejorado y seguirá mejorando el próximo año (73% lo percibe así). Aunque reconocen que la inseguridad ha empeorado con el gobierno de López Obrador, creen que con el nuevo gobierno de Sheinbaum la seguridad en el país mejorará el próximo año (55%). De hecho, los simpatizantes de Morena se sienten más beneficiados económicamente que el resto de la población. Durante el sexenio de López Obrador, un mayor porcentaje de ellos ha conseguido empleos, terminado una carrera universitaria, comprado un auto o iniciado un negocio en comparación con los simpatizantes de la oposición. Además, fueron los que menos sufrieron enfermedades o fallecimientos durante la pandemia, el segmento de la población que menos ha dejado de comprar alimentos o medicinas por la inflación, y los que menos han sido víctimas de algún delito.
13. La debacle. El optimismo de la oposición por cerrar la competencia electoral y, posiblemente, ganar se basaba en la experiencia de las elecciones federales de 2021, donde una participación diferenciada permitió casi empatar con la alianza de Morena. Creían que la población saldría a votar mayoritariamente por Xóchitl. Dos encuestadoras nacionales realizaron estudios que mostraban una mayor probabilidad de que los simpatizantes de la oposición acudieran a votar en comparación con los de Morena, pronosticando que la elección se podría cerrar a una diferencia de siete u ocho puntos porcentuales. Su optimismo y desconfianza en las encuestas que mostraban una ventaja de más de 30 puntos porcentuales para Claudia Sheinbaum se basaba en la percepción de que estas encuestas favorecían a Morena, ya que las mismas participaban en la elección primaria y, tras cada debate, anunciaban el triunfo absoluto de Sheinbaum. Además, el desempeño de las elecciones en el Estado de México, donde se esperaba una votación más amplia pero al final la elección fue reñida, reforzó la creencia de que esta vez se repetiría el mismo comportamiento. Sin embargo, si se comparan las elecciones del 2022 en tres entidades del país: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Coahuila en el 2023 la diferencia entre el resultado final lejos de cerrarse se abrió s favor del partido que llevaba la ventaja, el promedio de encuestas antes de las elecciones en estas entidades era de 26 pp a favor del partido ganador y los resultados finales le dieron una ventaja de 36 pp. Es decir, había más ejemplos de que elecciones muy abiertas, suelen abrirse más a favor del partido que va adelante en las encuestas y no a cerrarse.
14. Mala campaña de Xóchitl. Por lo general, las campañas sirven para dar a conocer a los candidatos y cambiar las tendencias en la intención de voto. Los mensajes y anuncios de Xóchitl nunca fueron del gusto popular y se consideraban los peores. El agregado de encuestas publicadas muestra que la intención de voto se movió poco durante las campañas, sin acontecimientos que impactaran significativamente el curso de las elecciones. Al comparar el porcentaje de votación del promedio de encuestas con los resultados finales, la intención de voto por Xóchitl cayó significativamente. Parece que la elección se perdió desde el periodo de precampañas y nunca se logró mejorar la intención de voto.
15. Temas de campaña de la oposición que no emocionan. Los dos temas principales de la campaña de la oposición, la inseguridad y la democracia, nunca conectaron con la población. Resulta difuso para la población responsabilizar a alguna autoridad de los problemas de seguridad en su entorno. Aunque la mayoría reconoce que la inseguridad es el principal problema del país y que la violencia ha incrementado en los últimos seis meses, cuando se les pregunta sobre la autoridad responsable, la respuesta es difusa. El tema de la pérdida de democracia y la posibilidad de un gobierno autoritario preocupaba a las clases medias y altas y a personas con mayor grado de escolaridad, pero no permeó en las clases bajas y con menor grado de escolaridad, que no creían que con el triunfo de Sheinbaum México se encaminara a una dictadura.
16. Mala imagen de Xóchitl. La imagen de Xóchitl nunca mejoró en un año de mediciones. La mala campaña que realizó impidió su crecimiento positivo, quedando estancada con un 10% de balance en su imagen. Máynez, con tres meses de campaña, mejoró sustancialmente su imagen, aunque esto no se tradujo en votos. Samuel García había superado la imagen de Xóchitl en un mes de campaña, pero su regreso a la gubernatura hizo que el nuevo candidato de Movimiento Ciudadano comenzara prácticamente desde cero. La mayoría de la gente solo recordaba a Xóchitl porque de niña vendía gelatinas, sin reconocer su esfuerzo para graduarse en la UNAM y ser una empresaria exitosa. A Máynez se le consideraba simpático. La campaña de Xóchitl fue un fracaso al no poder mejorar su imagen entre la población.
17. Sobre estimación del peso de los debates. La audiencia de los debates rompió récords, pero según las encuestas publicadas, Sheinbaum siempre los ganó y prácticamente no impactaron en la imagen de los candidatos. Además, si a alguien le fue mal en los debates fue a Xóchitl y no a Claudia, aunque esto tiene mucho que ver con el partidismo, donde los simpatizantes de cada partido apoyan a su candidato y culpan al otro. Los debates no tuvieron un impacto real entre la población y no hubo un impacto significativo en la imagen de los candidatos ni en la intención de voto.
18. Mala imagen de los partidos de oposición. El PAN y, sobre todo, el PRI tienen una pésima imagen entre la población. Según algunas encuestas, entre el 40% y el 50% de la población nunca votaría por el PRI. Esta mala imagen afecta principalmente en puestos legislativos, donde la mayoría de la población vota más por partido que por candidatos, que prácticamente son desconocidos. También se sobrestimó que la mala imagen no afectaría su intención de voto. Probablemente la campaña de Movimiento Ciudadano contra el PRI desde hace más de un año mermó significativamente su imagen. Cuando se le pedía a la población comparar cuál de los tres partidos consideraban más capaces para gobernar, cercanos a la población o que tenían mejores propuestas para mejorar la economía y la seguridad del país, la ventaja de Morena era apabullante, con cerca de 50% de opiniones favorables frente a un 9% para el PAN y un 8% para el PRI.
19. Fracaso de los partidos de oposición. El PAN tuvo un retroceso de 40 años en su intención de voto, su desgaste ha venido desde el año 2000, cuando Fox obtuvo el 43% de las preferencias, y cada tres años ha seguido cayendo en las preferencias electorales hasta alcanzar el 17.5% de la votación en 2024. El PRI y el PRD tuvieron su peor desempeño en su historia electoral. Después de 35 años, el PRD perderá su registro nacional; tras la escisión de Morena en 2012, el PRD fue incapaz de reconstruirse como partido y fue perdiendo gobiernos y fuerza electoral hasta no alcanzar el 3% de la votación. El PRI sigue el mismo camino que el PRD; en tres años perdió el 37% de su voto comparado con su participación del 2021, cuando alcanzó el 18% de la votación nacional. Después de 6 años de haber perdido la presidencia de la República, el PRI mantiene como gobierno solo dos entidades, ha perdido la mayoría de los gobernadores, tendrá la peor bancada legislativa de su historia y tuvo su peor porcentaje de votación.
20. Fracaso de la alianza PAN-PRI-PRD y la ciudadanía. Un tema trascendental en estas elecciones fue la alianza inédita entre PAN y PRD para la presidencia de la República. Aunque ya habían realizado una alianza en 2021 con relativo éxito al alcanzar el 41% de la votación (ver gráfica 10), creían que con una candidata ciudadana podrían llegar al 47 o 48% de la votación para ganar la elección presidencial. Sin embargo, en términos operativos, la alianza no dio el extra que los estrategas de la alianza esperaban, principalmente debido a la estrepitosa caída del PRI y PRD, y en menor medida, del PAN. Según declaraciones de los estrategas de Xóchitl, la alianza fue un fracaso porque el PAN no quería aportar recursos y menos el PRI, que nunca consideró a Xóchitl como una priista. Esto fue similar al fracaso de la candidata del PRI-PAN-PRD en el Estado de México, donde los panistas nunca consideraron a la priista como una de las suyas. Un porcentaje significativo de panistas y priistas no estaba de acuerdo con esta alianza. Además, la alianza con los ciudadanos creó un ambiente más difuso en la maquinaria electoral, ya que esperaban que los ciudadanos aportaran recursos y esfuerzos, pero no se les dieron cargos de elección ni puestos en la toma de decisiones, lo que solo volvió más difuso quién era el responsable de las decisiones.
21. Sobre estimación de las redes sociales. Las dos últimas campañas del PAN para presidente 2018 y 2024 han privilegiado la comunicación por redes sociales, en especial Twitter y Facebook que por mensajes en medios de comunicación masiva como la televisión o por una estructura de tierra. 30% de la población utiliza a las redes para enterarse de las campañas y 35% considera que es el medio más confiable para enterarse de las noticias en el país. Mientras que 50% utiliza la televisión, radio y periódicos respectivamente. Dentro de los que utilizan las redes sociales, Facebook sigue siendo la principal red (57%), seguido de Whatsapp (9%), Instagram (5%), Tiktok (4%) y Twitter (3%). Las redes sociales son utilizadas principalmente por jóvenes y población con mayor grado de escolaridad y de ingresos, pero segmentos como clases bajas, bajo grado de escolaridad y población mayor a 60 años son los que las utilizan muy poco y donde precisamente Morena obtuvo un triunfo contundente sobre la oposición que no pudo comunicar con estos segmentos de la población.
22. Sobreestimación de la marea rosa. Parte del optimismo de la oposición se basaba en las marchas de la sociedad denominada marea rosa. Generalmente, la clase media y alta no participa en marchas o protestas. Sus actos de resistencia civil se han limitado a apagar las luces de su casa, el cacerolazo o tocar el claxon de su coche. Sin embargo, ahora salieron a marchar en tres ocasiones con una participación multitudinaria, alcanzando la movilización en más de 100 ciudades urbanas del país. Aunque las marchas resonaron a nivel nacional y el 45% de la población se enteró de ellas, no contaron con el apoyo de toda la población. Los simpatizantes de Morena e incluso los de MC no mostraron apoyo a este movimiento. A pesar de ser algo inédito para las clases medias y altas, no impactó de manera significativa al resto de la población. Probablemente, los que participaron en las marchas ya tenían la intención de votar por la oposición, pero se sobrestimó el impacto que esta marea rosa tendría en el resto de la población, y no ocurrió. Elecciones como las de 2024 no se ganan con una sola acción, estrategia o unos meses de campaña. Diversos factores se construyen a lo largo de años. Esperar a desplegar una estrategia comunicativa seis meses antes de las elecciones y pensar en ganar los comicios ha llevado a la oposición a seis años de fracasos. Desde 2018, la oposición ha tenido muy pocas campañas ganadoras. En 2018, Anaya comenzó con una intención de voto cercana al 30% y terminó con una votación de 23%. Ahora, Xóchitl nunca pudo crecer y perdió la fuerza que alcanzó cuando fue electa candidata, en comparación con el voto final de la elección. Morena ha diseñado una estrategia a lo largo de varios años para posicionar a su partido y sus candidatos con antelación, subir temas a la agenda pública y adueñarse del discurso frente a una débil oposición. Esta se ha visto desdibujada con los actuales presidentes de los tres partidos de oposición, que no han logrado armar una narrativa favorable ni subir temas a la agenda. Se han quedado solo con una narrativa destructiva, mal asesorada y sin lograr posicionar liderazgos frente a la opinión pública. Los estrategas de Morena han sido más inteligentes para diseñar estrategias de campaña que los estrategas del PAN y del PRI, y probablemente así continúe en los próximos años. El panorama para la oposición en los próximos años es desolador. Están divididos con pésimos liderazgos que se rehúsan a cambiar no solo de estrategia, sino a dejar el poder a nuevos actores con capacidad política. La sangría de candidatos del PAN y del PRI que se han ido a las filas de Morena es inagotable, y estos liderazgos nacionales han hecho muy poco para detenerla. Es muy probable que el PRI siga el mismo camino del PRD y, dentro de seis años, esté a punto de desaparecer si no cambian de liderazgo y de estrategia partidista. Aunque lo local y los liderazgos regionales pueden mantener al PAN en la pelea en ciertos estados, en los próximos años tendrán que decidir si siguen unidos con el PRI y la ciudadanía o actúan de manera independiente. Morena ya se prepara para avasallarlos en los próximos años.
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