
El debate presidencial del 23 de marzo en Ecuador marcó un momento clave en la contienda electoral entre Daniel Noboa, actual presidente y candidato del Movimiento Acción Democrática Nacional, y Luisa González, representante de la Alianza Revolución Ciudadana. Este encuentro, transmitido en cadena nacional, fue el último antes de la segunda vuelta programada para el 13 de abril.
El debate se centró en cinco ejes principales: educación, salud y seguridad social, criminalidad y seguridad, economía y empleo, y gobernabilidad; ambos candidatos tuvieron la oportunidad de exponer sus propuestas durante aproximadamente 52 minutos, sin embargo, el tono del encuentro fue marcadamente confrontativo, con numerosas acusaciones personales y pocas propuestas concretas. González cuestionó a Noboa sobre su manejo del sector petrolero y su vida personal, mientras que Noboa vinculó a González con el gobierno de Nicolás Maduro y advirtió sobre posibles riesgos económicos.
Más de 10.7 millones de personas siguieron el debate a través de radio, televisión y plataformas digitales, algunos expertos criticaron la falta de profundidad en las propuestas y el predominio de ataques personales, calificándolo como uno de los debates más polémicos en la última década de la democracia ecuatoriana.
Este encuentro fue el segundo entre ambos candidatos, tras un empate técnico en la primera vuelta electoral del 9 de febrero, donde Noboa obtuvo una ligera ventaja de 19,756 votos, con la segunda vuelta a la vista, las y los ecuatorianos se preparan para decidir el futuro del país en un ambiente de discrepancia política, el próximo gobierno enfrentará desafíos significativos en seguridad, economía y gobernabilidad, temas que fueron abordados, aunque de manera superficial, durante el debate.
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