C&E. ¿En qué momento descubriste que tu camino era la incidencia pública?Gracias, me da gusto iniciar con el principio porque esto que llamas “incidencia pública” no es más que una consecuencia de lo que llamo “vocación política”. La política es una tarea humana que nos corresponde a todos los seres humanos, sin embargo, me parece que la pregunta está orientada a la decisión de hacer una carrera política por lo que se puede hacer. Fui formada con la convicción de poner en el centro de nuestros pensamientos y de nuestras acciones a la persona humana y para mí la política se define desde el servicio y no desde el poder. Esas cosas se descubren desde el interior, desde el corazón y en mi casa me enseñaron a amar y servir a México, así como respirar; no me acuerdo cuando me lo enseñaron mis papás sino que lo vi todos los días en mi casa. Y es cierto que desde primaria me llamaba la atención. Con el tiempo descubrí que el bien que se puede conseguir en la política es de una gran dimensión social, es ir a la raíz de los problemas para buscar entre todos las soluciones y construir el bien común.¿Cómo fueron tus inicios en la política?Aunque me llamaba la atención la vida política de mi país, podría dar como tiempo de inicio el segundo año de preparatoria. Estudié en una preparatoria bajo el modelo de CCH que nos permitía investigar. En ese año fui a un curso del Partido Acción Nacional bajo recomendación de mi papá porque ya participaba en concursos de oratoria y me dijo que era importante pasar a la acción y que no me quedara en las palabras. Mi madre, además, perteneció al PAN antes de casarse y algo nos había contado. Así es que empecé en la oposición, ahí me formé. Hombres y mujeres me inspiraron. Los principales Don Luis H. Álvarez, Carlos Castillo, Blanca Magrassi, María Elena Alvarez de Vicencio. Recuerdo que en los días en que me inscribí en el PAN, mi mamá me mandó con mi tío Salvador Nava Martínez, quien estaba de presidente municipal de San Luis Potosí y me recibió en su oficina. Ahí, frente a ese escritorio, le dije que había decidido participar en la política y en la oposición y me dijo que era un camino difícil pero que valía la pena porque México valía la pena.¿Quién es tu inspiración?En la familia, me inspiraron mis padres. Los ví luchar; por una parte, mi papá como abogado litigante le vi dar testimonio de búsqueda de la justicia. Mi mamá, abogada también, pero siempre interesada en la política. Perteneció a esas generaciones de mujeres que pusieron el pie en la puerta y empujaron a la siguiente generación para que abriéramos todavía más la puerta. Eran épocas, como ahora, de lucha por la democracia. Ahí estaban mis padres y también me presentaron a personajes del PAN. Podría dar toda una historia que narrara lo que aprendí de Pablo Emilio Madero cuando fue presidente del PAN, o de Gabriel Jiménez Remus y Juan de Dios Castro como parlamentarios. Pero cada historia, cada anécdota vas aprendiendo. El movimiento de resistencia civil en Chihuahua fue un parteaguas de la política en México; no se entiende la transición democrática sin Chihuahua y particularmente con el ejemplo de vida que nos dio Don Luis H. Álvarez a todos los mexicanos privilegiando la paz para llegar a la democracia. Caí en la cuenta de que las campañas son en la calle y lo confirmé con la campaña de Maquío Clouthier a quien tuve la oportunidad de conocer y de cuya esposa, Leticia Carrillo, guardo no sólo recuerdos sino consejos e inspiración. Estuve muy cerca de la campaña de Diego Fernández de Cevallos que fue y es un gran personaje y por supuesto la campaña que dio lugar a la democracia por parte de Vicente Fox.
¿Qué tan difícil es para una mujer estar en la política? Cuéntanos una anécdota positiva o negativaTe voy a contar una como muestra: en el 2003 era diputada federal -ya había sido diputada local- así que estaba muy feliz de serlo. En un evento al que fuimos las diputadas y los diputados del PAN yo estaba cargando a mi hijo que todavía no cumplía un año. Se acercó un diputado y después de decirme que estaba muy lindo mi hijo me preguntó ¿qué haces con él cuando vas a sesiones? Y le dije que iba a una guardería. A lo cual contesté ¿y tú qué haces con tus hijos cuando vas a sesiones? Un poco descontrolado por la pregunta me contestó que su esposa se encargaba (le parecía obvio). Meses después me encontró en la cámara recortando esponjas en forma de pez y me preguntó por lo que estaba haciendo. Le expliqué que otro de mis hijos tenía que presentar una exposición sobre higiene personal y que yo les iba a dar unas esponjas -que compré en el mercado de Jamaica de camino a la cámara- para la actividad. Él se me quedó viendo y me dijo: yo nunca dejaría que mi esposa trabajara con hijos tan chiquitos … En fin. El fondo es que para él yo no debía estar ahí. Y ese era el tema: para la inmensa mayoría de las personas, una mujer no debería estar en la política. Y luchar con eso no ha sido sencillo. Ahora se han abierto las puertas, pero todavía hay un telón de fondo de discriminación.¿Sufriste alguna discriminación profesional por tu género?Supongo que sí. Siempre pedí ser la representante de mi partido ante el órgano electoral y siempre pusieron hombres. Y de lo que siguió, de manera muy sutil, muchas veces se me discriminó. Incluyendo la creencia generalizada de que una mujer no puede dar un paso adelante y que “le toca” esperarse o sacrificarse. Aclaro que también tuve muchas oportunidades, por ejemplo, fui la primera directora jurídica y eso fue gracias a Carlos Castillo Peraza que decía tranquilamente que el ser mujer me daba puntos más para ocupar ese puesto. Los candidatos no querían que les llevara yo sus asuntos pero un día Don Jesús Hinojosa llegó a presentar el caso Monterrey y me llamó Carlos Castillo para que diera mi opinión, expliqué por qué se podía ganar y Chuy Hinojosa dijo que claro que confiaba en mí para organizar la impugnación y con la confianza de ellos dos presentamos una impugnación que luego fue base para muchas más. Recuperamos la Alcaldía.¿Es más difícil hacer equipo con los hombres o con las mujeres?No sé. Lo que es más difícil es hacer equipo con las personas que son egoístas, excesivamente protagonistas y cuya soberbia o individualismo no les permite reconocer algo bueno en los otros. Hoy por hoy no depende si eres hombre o si eres mujer. ¿Hoy con la cuota de género hay la misma cantidad de mujeres y hombres en puestos públicos, crees que esto se ha visto reflejado en un mayor bienestar para la mujer de a pie?De la mano de las mujeres en la política entraron los temas de la vida diaria y en eso ganamos todos. Entramos las mujeres a la política y llegaron los temas de inclusión para personas con discapacidad, se desagregaron los datos para mejorar las políticas públicas, aparecieron los programas dirigidos a mujeres con transferencia directa condicionada, se instalaron los institutos de las mujeres y se profesionalizó (todavía falta) el trabajo con niños y niñas. Pues por lo menos se ha demostrado que hay una política más humana porque hay hombres y mujeres decidiendo.¿Cómo observas la desigualdad de género en México, en relación con América Latina y del mundo? Y ¿Dónde o en qué tema ves más rezago en el país para las mujeres?Voy a limitarme a señalar tres de los mayores retos que tenemos en México: 1. La violencia contra las mujeres expresada en su forma más cruel, que son los feminicidios que se han perpetuado como nunca en nuestro país. 2. El acceso a la justicia de las mujeres. No bastan los discursos demagógicos, sino la efectividad en la vida diaria, para que no estén en la gran desventaja que está una mujer por falta de redes de complicidad o de referencia en el sistema de justicia 3. El equilibrio entre vida y trabajo. Uno de los problemas más grandes es la falta de Estancias Infantiles.¿Qué necesitan lograr las mujeres?Que la sociedad considere que los logros de las mujeres no son sólo logro de las mujeres sino de toda la sociedad
¿Pueden las mujeres hacer equipo con el hombre en la política? ¿Cuéntame cómo lo has vivido tu?Las mujeres podemos hacer equipo con un hombre o con una mujer. Lo importante es que el ambiente no solo sea de respeto sino de inclusión y reconocimiento de la importancia de la participación de las mujeres¿Estamos listos para tener nuestra primera presidenta de México?Desde hace mucho tiempo..¿Qué características debe tener esa mujer?Que sea una persona, en este caso, una mujer de Estado. Que respete el derecho y la constitución. En fin, lo mismo que le pediría un hombre; pero si creo que en condiciones iguales es un punto a favor el ser mujer.¿Cómo imaginas el México por el que luchas cada día?Un México Libre. En donde la responsabilidad y la democracia permita lograr la justicia que tanto nos hace faltaConcretamente, ¿cómo y cuánto incide tu trabajo en un cambio para la mujer mexicana?Cuando trabajo con los jóvenes, para que vean las mujeres jóvenes que sí se puede y que son mejores tiempos para que las mujeres tomen decisiones. Especialmente he trabajado en iniciativas para la inclusión de personas con discapacidad, para promover las estancias infantiles, aumentar el presupuesto en favor de la igualdad de oportunidades. Me parece que cada vez que una mujer comparte su experiencia, por pequeña que sea, le ayuda a las mujeres en su visibilización y en sus posibilidades.#100MujeresdePoder
C&E. Para la excandidata presidencial Margarita Zavala, amar y servir a México es como respirar. Al recordar las historias que ha tenido cerca de notables figuras de Acción Nacional, comparte para Campaigns & Elections sus impresiones sobre los avances en materia de género, los desafíos que aún quedan, así como su contribución en esta afronta. Refiere que ha trabajado iniciativas para la inclusión de personas con discapacidad, promover las estancias infantiles y aumentar el presupuesto en favor
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