Campaigns and Elections México

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MORENA 2024: ¿LA FAVORITA DE AMLO, EL ETERNO ASPIRANTE O EL OUTSIDER?

Tres premiados consultores mexicanos desmenuzan el proceso interno del que podría salir el próximo, o próxima, presidente de México Por Yassin Radilla Las emociones arrecian al interior del partido del poder o al menos eso dicen. Alimentada por las declaraciones del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, la contienda interna de Morena para la definición de su candidato o candidata presidencial va tomando forma y ya hay perfiles claros que desean tomar la batuta de las manos de uno de los

Tres premiados consultores mexicanos desmenuzan el proceso interno del que podría salir el próximo, o próxima, presidente de MéxicoPor Yassin RadillaLas emociones arrecian al interior del partido del poder o al menos eso dicen. Alimentada por las declaraciones del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, la contienda interna de Morena para la definición de su candidato o candidata presidencial va tomando forma y ya hay perfiles claros que desean tomar la batuta de las manos de uno de los políticos más exitosos en la actualidad. Sin mayores pretensiones, ni especulaciones, tres consultores en comunicación política enlistan los factores claves para dar oportuno seguimiento a este proceso.Yessica De Lamadrid, Vladimir Ramos y Patricio Morelos describen para las y los lectores de Campaigns & Elections los aspectos que hay que tomar en cuenta para evitar sorpresas durante este proceso que resulta por más interesante, ya que la marca Morena está muy por encima de las otras marcas políticas, según las encuestas actuales, por lo que pongan a quien pongan, al día de hoy este partido arrancaría con el primer lugar en las encuestas.Sin embargo, aún faltan dos años y lo dicho inteligentemente aquí puede cambiar en un solo día, con una simple declaración. A continuación, las lecturas de estos tres consultores, al día de hoy:Los presidenciables del oficialismo “No hay nada que sea puesto, dicho u hecho por el presidente sin una estrategia detrás; hasta cómo se viste”, comentó Yessica De Lamadrid, destacada consultora en comunicación política en México, al considerar que lo interesante no es que el presidente Andrés Manuel López Obrador destape a sus favoritos, sino en la intención de hacerlo, incluso, así como ella considera, de manera adelantada, desde 2019.“La intención es que no haya forma, valor o poder humano que nos dé otra posibilidad de candidato, más que los precandidatos de Morena. De lo único que hablamos es de Morena y pareciera que sólo hay posibles precandidatos de Morena. Ahora, incluso nosotros, lo estamos haciendo. Con esta estrategia lo que hace el presidente es borrar gradualmente a todos los partidos y dejando a Morena como el partido exclusivo del cual se habla, se siente y se teme”, agregó. Aunque en sus mañaneras el presidente ha subido y bajado perfiles, De Lamadrid nota una constante. “El canciller Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum son las dos personas que nunca baja. Ha habido más, ha habido menos, pero ellos se han mantenido. Pareciera que, sin tener una bolita de cristal, está más que claro que son las únicas personas que sí o sí van a estar en una boleta en el 2024 y es posible que se le cumpla, que tanto Marcelo como Claudia estén en la boleta del 2024”, comentó.Para la asesora, es probable que los otros nombres corresponden a las personas que el presidente considera son ideales para cargos como gubernaturas. Aunque la jornada electoral mexicana de 2024 nuevamente será la madre de las elecciones, al disputarse más de 6 mil puestos, De Lamadrid aclara que esto no quiere decir que todos vayan a tener la oportunidad. Esto es interesante para estimar los estragos de las posibles disputas por las candidaturas.Morena, habiendo aglutinado tantas fuerzas y tanta diversidad de corrientes, no habrá puesto que alcance para todos. Habrá lugares donde el presidente tendrá que jugar con su partido y sus querencias de partidos distintos al suyo. El socio de la firma encuestadora Poligrama Mx, Patricio Morelos, recordó el pasado de ambos, con loque dio cuenta de por qué, tanto al interior como fuera de Morena, ambos perfiles deben ser tomados con seriedad. Por un lado -comenzó- el canciller desde 2012 ha buscado la candidatura. “En ese entonces se hablaba que él era el candidato indicado o natural, pero le respetó la trayectoria a AMLO y desde ahí se dice que él -Ebrard- es quien relevaría al hoy presidente”. Considera que Marcelo Ebrard es un personaje con mucha experiencia, al haber sido jefe de gobierno, legislador y ahora canciller. Es decir, ha pasado por las diferentes trincheras; “es un perfil académicamente preparado y que sería la opción que las clases medias y altas e incluso la oposición no lo vería tan mal porque no es un perfil tan asociado a la izquierda como pueden ser otros. Desde mi punto de vista transitaría muy bien con la oposición”. Sin embargo, con el arranque del gobierno se empezó a posicionar a Claudia Sheinbaum, una política con trayectoria en la CDMX, pero que fuera de ahí tenía muy poco nivel de conocimiento. “Aunque había participado en el gobierno capitalino y jefa delegacional del Tlalpan, fuera de eso no era un personaje ampliamente conocido. Sin embargo, al ser ella la favorita del presidente, está en la jugada”, comentó Morelos.“En el caso de Sheinbaum te diría que el principal activo es su cercanía con el presidente AMLO. Si algo hemos visto es que López Obrador ha premiado la lealtad y la posibilidad de darle continuidad a sus proyectos políticos de la Cuarta Transformación. La jefa de gobierno ha demostrado serle muy leal y ese sería uno de sus principales positivos”, opinó.No obstante, los evidentes atributos en ambos perfiles, es posible también identificar sus negativos. “El problema de Ebrard es que no tiene el perfil de AMLO. Si se busca un perfil muy cercano a él, difícilmente lo encontraría en Marcelo. El principal tema con Claudia Sheinbaum es que no ha entregado buenos resultados electorales, en términos comunicacionales le fue muy mal con la línea 12, perdió las elecciones de 2021, es decir, siendo la CDMX el bastión político de la izquierda, no entregó los resultados que se habían mantenido desde hace varios años, al igual que en la consulta de Revocación de Mandato”. Por su parte, hay un tercer nombre, recordó el estratega, el del senador Ricardo Monreal, quien se ha autodestapado en innumerables ocasiones: “se apuntó para ser jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero Morena, con su proceso de encuesta, no se lo permitió. Te diría que tiene más experiencia entre los cuatro más comentados, quien ha hecho prácticamente de todo a nivel político. En el Senado de México ha demostrado que es un hombre que hace acuerdos, que transita con otros partidos políticos”.El problema es que no es tan obradorista. Si bien en su momento fue coordinador de la campaña de Andrés Manuel, hoy ya no es de los hombres más cercanos y ha sido el mismo partido el que ha evidenciado que no le ha dado el apoyo para ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Incluso ni el presidente ni el partido lo mencionan en estas ternas para la presidencia. Es un hombre que se apunta, pero que parece no tiene el respaldo del partido, ni del presidente, “quien finalmente es el hombre que definirá todo”.Ricardo Monreal era considerado el tercero, cuando había dos nombres. Pero al parecer ahora hay un jugador que lo relega aún más. El par se hizo tercia con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.Factor Adán Augusto LópezCon la salida de la ex ministra Olga Sánchez Cordero de la Secretaría de Gobernación, para De Lamadrid entró al quite un jugador inesperado: el secretario Adán Augusto López, quien en su criterio es un personaje que no moverá un dedo, un ápice o cerrará un ojo sin el permiso del presidente AMLO. Aunque esto no lo convierte en su posible sucesor, sí en su más importante operador.“Este señor no roba cámara ni reflector, pero está arreglando aquellos temas de política interna en los que ni el presidente de partido y su secretaria general de partido están dando el ancho que el presidente necesita; tampoco sus otros secretarios de gobierno y gobernadores”. ¿Por qué habría de considerarse interesante la cuestión? Porque el candidato o candidata de Morena, tan sólo por tener a la función pública de su partición en operación, ya contará con ventajas adicionales. Yessica De Lamadrid así nos lo recuerda: “El presidente tendrá un operador de lujo, su secretario de Gobernación, con todo el presupuesto para exactamente ir a operar a todos los estados, políticamente esa es su función. Adicionalmente a eso, va a tener a la secretaria del bienestar, haciendo desarrollo social, justamente para repartir un montón de dinero en programas sociales porque esa es su función. La oposición se está quedando sin lugares con una función, empezando por los estados y eso lo resentirá quien abandere la oposición”.Probablemente el 99 por ciento del país no conocía a Adán Augusto López hace un año, sostuvo a su vez Patricio Morelos, “y ahora resulta que puede ser presidente de México. Es tabasqueño, ha acompañado a AMLO desde hace mucho tiempo, su padre es notario y ayudó al ahora presidente cuando nadie lo hizo en tiempo de Roberto Madrazo, evidentemente le es muy leal a Andrés Manuel y por eso ha logrado transitar como secretario de Gobernación y es lo que le permitiría dar continuidad al proyecto de la 4T”.Entre sus negativos, continuó, está el hecho de que es muy poco conocido. “Si hiciéramos una encuesta a nivel nacional nos daríamos cuenta que muy poca gente lo conoce. Sin embargo, tiene todo por crecer y le queda poco más de dos años para hacerlo. En la última medición vemos que no está ya tan lejos tanto de Claudia como Marcelo”. El efecto AMLOEl consultor Vladimir Ramos considera que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha adelantado ningún proceso, pues cree que AMLO sabe que el momento definitorio llegará y que cuando llegue simplemente tendrá que tomar decisiones. “El presidente es un acelerador anímico, es decir, en estos momentos en que el país atraviesa por una coyuntura compleja, necesita aceleradores de combustión, cosas que prendan este tema y al mismo tiempo echen a andar a los presidenciables, pues son posiciones importantes para el país, como Gobernación, Secretaría de Relaciones Exteriores, el Gobierno de la Ciudad de México; está obligando a que se dinamicen, traten de dar mejores cuentas”. Para Ramos en AMLO no hay improvisación.“Tienes por un lado una elección interna que no será en los términos democráticos convencionales, un gran elector y una gran base obradorista que legitimará la decisión de ese elector. No importa a quien defina el presidente, los hombros que van a cargar al próximo será la figura y el traslado de votos del presidente y por el otro la fuerza de Morena como movimiento”, consideró Ramos.“Quienes vemos desde fuera cometemos el error de comparar este proceso con el cómo debiera ser, el ideal. Que, si el proceso de Morena debiese ser de una u otra manera, tal vez al estilo de aquellos priistas en la consulta a las bases a finales de 2000, con Roberto Madrazo y Labastida, o posiblemente hacerlo a población abierta, o ser una encuesta. Lo estamos tratando de comparar con cosas que no van”. Para Ramos, quienes se han montado al juego conocen las reglas no escritas que el presidente, el gran elector, ha creado, y nadie saldrá sorprendido. A su vez, Yessica De Lamadrid consideró que la gran ventaja del presidente AMLO es que dice qué va a hacer y luego lo hace “y nosotros nos llamamos a sorpresas porque toda la gente que se dedica a hacer política quiere leer entre líneas y encontrarle jiribilla y ese tipo de cosas”. “Él ya lo dijo, que en sus tiempos libres se dedicará a apoyar la candidatura de quien sea el aspirante de Morena para la presidencia de la República. Esto quiere decir que tendremos una dinámica muy similar a la que se dio en la Consulta de la Revocación de Mandato, cuando vimos a todo mundo haciendo campaña a favor de Morena, y cuando hablo de todo el mundo, estoy hablando casi casi de todo el mundo, porque van a ser 17 gobernadores, más 15 que estarán en jornada electoral, más todo el jabímente, más los que se sumen, eso va a ser todos los días. Esto es lo que estamos vislumbrando y apenas estamos en el 2022”.Los desafíos de MORENAMucho se ha especulado sobre las consecuencias de posibles fracturas al interior de Morena, si es que uno o dos de los apuntados en la contienda decide desconocer las reglas implícitas impuestas por el presidente. Sin mayor demérito, comentó Vladimir Ramos, pienso que es un análisis muy sencillo, pues en todos los partidos, sin importar cuál sea, siempre tienen divisiones y rupturas durante sus procesos internos.“Sería muy simple decir que no. Hasta en los procesos para elegir candidatos en puestos más pequeños, si no se transitan bien las decisiones, habrá fracturas por naturaleza. La cuestión aquí es que habrá imponderables: si en el congreso, por ejemplo, comienza a tener divisiones o complicaciones al anterior porque están identificados con uno o con otro aspirante presidencial, si el gabinete o los secretarios empiezan también a moverse. Todos estos son imponderables y el presidente sabrá con quién arreglarse para que las cosas regresen”, detalló. Las fragmentaciones en Morena estarán determinadas por algo importante, como el contexto en el que se da la decisión, consideró, “cómo se transmite, se desarrolla, y pienso que aquí el presidente sí le entiende a esto y, aunque tendrá fisuras y divisiones, no serán en los términos que nos podamos imaginar porque no tenemos con qué compararlo. Estamos tratando de analizar algo, pero no tenemos nada para compararlo y esto es un principio básico en el análisis.”.El especialista considera que, al ser ésta la primera vez que Morena elige a un sucesor presidencial distinto a Andrés Manuel, cualquier análisis o comentario será una suposición, “unos con más argumentos, pero al final de cuentas es una suposición que podría rayar hasta en especulación y misticismo”.Por su parte, Patricio Morelos consideró que uno de los grandes retos de Morena es convertirse en un partido político, institucionalizarse, porque hoy el partido depende de una persona, que es el presidente López Obrador, y alrededor de él hay una serie de personas que buscan hacerse del poder. “Hay una falta total de organización, si revisamos el proceso de selección para los candidatos de este año, pues prácticamente en todos los estados hubo conflicto, porque mucha gente buscó las candidaturas, gente que venía del PRI, del PAN, el PRD, algunos desde la creación de Morena. No hay procesos concretos que le dé la certeza al partido de que se elijan a los mejores candidatos, de que todos los que construyeron el partido tienen voz y voto”. Además, “el presidente ya se va en 2024, y una vez que no esté él como el principal activo político, el partido tendrá que acomodarse y encontrar los cómo para que funcione, sin destrozarse, como pasó con las camarillas y las tribus que se formaron alrededor del PRD”, detalló.A diferencia de quienes afirma que si fuera Claudia o Adán quien que quede con la candidatura, tanto Marcelo como Ricardo buscarían cabida en otro partido político para ser candidatos, el opina que no existe tal posibilidad: “si te soy sincero, yo no veo esa posibilidad, porque ambos saben que no les da para ganar fuera de Morena, y además ¿qué preferirías: mantener una cancillería y tener gobernadores, alcaldes, senadores y diputados, o, por un afán de buscar la presidencia, quedarte sin nada, incluso correr el riesgo de convertirte en enemigo del próximo gobierno, suponiendo que fuera Morena el partido triunfador?” Finalmente, De Lamadrid sostuvo al respecto que, para bien o para mal, Morena al igual que muchos partidos llevan un priista en su corazón: “este priista va a llevar a muchos a pleitos bajo la mesa, posibilidades de ruptura, amenazas, de todo, y al final, el presidente, quien es dueño de la franquicia Morena, va a terminar haciendo una operación cicatriz para que su partido y sus intereses vayan mejor alineados a la contienda del 2024”. Dada la complejidad de Morena, continuó, puede haber rupturas en ciertas regiones del país. Por lo tanto, el mismo presidente estará haciendo lo necesario para que aquellos que van a estar un poco raspados, dolidos, encuentren su espacio. La asesora invitó a recordar el papel de Adán Augusto López en este propósito.¿Y la oposición?Al hablar de las posibles oportunidades que la contienda de Morena podría representar para la oposición, Patricio Morelos fue muy claro: “el gran error de la oposición desde su derrota en 2018 ha sido sólo pensar en la presidencia de México de 2024”.Sostuvo que se han generado todas las condiciones para que los principales actores políticos busquen la candidatura, es decir, los grandes activos de la oposición -no por lo competitivo, sino por el poder político que ostentan- como Ricardo Anaya, Alejandro Moreno, Damián Zepeda y Margarita Zavala, han estado concentrándose en la candidatura de la alianza PAN-PRI-PRD. Sin embargo, eso los ha llevado a descuidar completamente el mapa político electoral de México. “¿Por qué querrías ser tu candidato de la oposición, cuando Morena, según los números, gobernaría 22 de 32 estados en 2024? Creo que la oposición lo que debería hacer hoy es entender los problemas de Morena, pero construir abajo: recuperar gubernaturas, alcaldías, congresos locales y diputaciones y senadurías para, a partir de ese escenario, aspirar a competir”.Para comprender el desafío de quien decida representar a la oposición, invitó a pensar a México como un rompecabezas con casi todas sus piezas pintadas de guinda. “Desde mi perspectiva, lo que debería pensar la alianza PRI-PAN-PRD, más que en la presidencia, es en cómo ganar las dos gubernaturas de 2023, cómo las de 2024, para aspirar a nivelar la batalla política. Con un escenario tan favorable para Morena, en temas financieros, de operación y de simpatía será complicado”, agregó.Quien también plantea retos importantes para la oposición es De Lamadrid, quien ha visto que a los otros partidos les cuesta mucho serlo, “porque se están organizando justo para ser oposición”. En el proyecto de la alternancia la especialista considera existen muchas posibilidades de que emerja un candidato único, “lo cual sería del todo deseable para no pulverizar más el voto. Ese sería el mejor escenario para la oposición”.Recordó lo interesante que ha sido también la definición de características que debe tener el o la candidata y que se comienzan a discutir desde ahora, o los nombres de personalidades tan disimiles, que van desde un Juan Ramón de la Fuente hasta el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova. Sin embargo, “entendamos que nuestra democracia tiene reglas y que las reglas internas de la alianza para la elección de su candidato van a ser fundamentales para entender quién se va a lanzar a ser oposición”, apuntó. Por si esto fuera poco, lo más importante, consideró, es quiénes van a acompañar a ese candidato. La decisión finalLos tres especialistas coinciden que no hay razón para dudar que la elección final para elegir al candidato o candidata de Morena para 2024 descansará en el presidente de México. “Hay un gran elector -AMLO- y las decisiones de ese gran elector recibirán la legitimidad de la base obradorista. Quienes están apuntados también están aceptando las reglas del juego desde este momento, las no escritas”, consideró Vladimir Ramos. Opina que el presidente tiene definido que el reconocimiento y la popularidad serán los ingredientes esenciales, la rentabilidad electoral. Pero ¿cómo el presidente lo definirá? ¿A qué le dará más valor? “Eso sí es una incógnita, pero esa incógnita se va a despejar por ir viendo quién es el más rentable electoralmente, por un lado, y quién es más leal”, apuntó.Vladimir Ramos explicó que la rentabilidad electoral, que es reconocimiento y popularidad, y la lealtad “a la 4T, a todo el proyecto alternativo de nación, a alguien que, desde la óptica del presidente, una vez elegido, no va a tender al conservadurismo ni por el camino oscuro, son aspectos que el presidente ponderará”, concluyó.“El presidente tiene palabra”, subrayó en su momento Yessica De Lamadrid. Rememoró lo sucedido en 2012, cuando el candidato natural era Marcelo Ebrard, porque venía de ser jefe de gobierno, y quien, en ese entonces, sin chistar y hacer una mueca, le dio el paso a Andrés Manuel López Obrador para que fuera candidato.También recordó lo que pasó en 2020, “cuando el presidente le dijo a Claudia Sheinbaum que quería que fuera su presidenta. Aquí el tema es: ¿el presidente va a respetar su palabra de 2012 o respetará las palabras de 2020? En ese entendido él está midiendo con cuál de los dos sí tiene posibilidad de ganar y también, insisto, con cuál de los dos -o si los dos deben estar en la boleta- saldrá ganando. Pero que no quede en 2024, quien va a ganar sí o sí se llama Andrés Manuel López Obrador”.Tras afirmar que el candidato o la candidata de Morena será ungido con encuesta, Patricio Morelos afirmó que lo interesante será ver de qué tipo de encuesta se tratará. “Sea cual sea, esa encuesta la ganará quien diga el presidente. Puede ser desde el punto de vista del yo decido, hasta el hecho de que haga campaña por su persona favorita, ya que, si AMLO dice, sus simpatizantes le siguen. Yo resumiría que quedará la personas que el presidente quiera que sea”.Consideró que los problemas de Morena no están tan a la vista porque la aprobación del presidente López Obrador está tan sólida, que aún con los problemas, que son de clase política y que no trascienden al electorado, éste le seguirá dando el voto de confianza a Andrés Manuel.En todo esto hay una singularidad muy interesante y es que regularmente en los procesos internos se opta por los perfiles con la posibilidad de generar más votos, porque al final el objetivo es ganar. Sin embargo, continuó, “en un contexto político en el que la pura marca te da una ventaja considerable, hay otros factores de decisión; puedes elegir a quien te es más leal, al que se la debes, al que le dará continuidad a ciertos proyectos, o incluso podría elegir a una mujer en esta idea de convertirse en el presidente que le entregó el poder, por primera vez en la historia nacional, a una mujer”.Dado que el contexto hoy le da a Morena una ventaja importante, hay muchos otros factores de decisión para definirlo. Si esto se cierra en los próximos años, seguramente el presidente y Morena tendría que irse con la opción más segura.