
Redacción.- Uno de los principales desafíos en la investigación radica en que las personas no saben lo que sienten, no expresan realmente lo que piensan y no actúan conforme a lo que dicen. Este desajuste entre lo declarado y lo sentido ha planteado limitaciones significativas en los métodos de investigación tradicional. Sin embargo, en la última década, los avances en neurotecnología han transformado nuestro entendimiento del cerebro humano, revelando más sobre su funcionamiento. Estas revelaciones han dado lugar a nuevas metodologías que superan las limitaciones de la investigación convencional, permitiendo tener un estudio personal en un entorno controlado con el uso de herramientas neurocientíficas, donde se exponen estímulos predeterminados para evaluar percepciones, emociones y decisiones. Los datos recopilados se analizan de forma integral, triangulando respuestas explícitas, reacciones neurofisiológicas y métricas cognitivas.
En el más reciente estudio de Neuropolls® se realizaron 300 evaluaciones presenciales utilizando cuestionarios de opción múltiple, electroencefalograma (EEG), reconocimiento facial (FC) y respuesta galvánica de la piel (GSR). Los participantes fueron hombres y mujeres ciudadanos del estado de Veracruz, México, de entre 18 a 75 años de edad, seleccionados de forma aleatoria. El estudio tiene un nivel de confianza del 96% y un margen de error de ±2.5%. El objetivo principal del estudio fue evaluar la percepción, sentimiento e influencia de los principales actores políticos y partidos del estado rumbo al proceso electoral 2025.
La innovación tecnológica ha revelado que el cerebro procesa información de forma inconsciente, influenciando decisiones a través de emociones, sensaciones, experiencias y prejuicios de forma rápida, sin esfuerzos y de manera inconsciente. Esto plantea la necesidad de metodologías más precisas que capten, no solo lo que las personas dicen, sino también lo que sienten y piensan.
En el estudio, cada participante fue expuesto de manera individual a una serie de estímulos predeterminados (visuales, auditivos o contextos políticos simulados) diseñados específicamente para evocar reacciones emocionales y cognitivas, activando áreas específicas del cerebro vinculadas con la percepción, emociones y decisiones. El entorno controlado aseguró que las respuestas obtenidas sean lo más puras y genuinas posibles, minimizando influencias externas y factores distractores que podrían alterar los resultados. De primer indicio, se recopilaron datos explícitos mediante cuestionarios y encuestas, donde los participantes expresan de manera consciente sus opiniones, preferencias y actitudes sobre los estímulos presentados. De manera paralela, se utilizaron herramientas neurocientíficas de última generación para captar respuestas neurofisiológicas, reacciones fisiológicas y expresiones faciales, detectando respuestas en tiempo real, incluso aquellas que el participante no es capaz de identificar conscientemente. Además, se integran métricas cognitivas que evalúan, a través de algoritmos con inteligencia artificial, aspectos como la atención, la memoria, el razonamiento y la percepción frente a los estímulos. Al combinar datos explícitos, se obtuvo una visión más completa y precisa de las percepciones y emociones de los participantes, revelando no solo lo que expresan conscientemente, sino también sus reacciones inconscientes y procesos de toma de decisiones.
El estudio de Neuropolls® en Veracruz reveló datos clave sobre la percepción, la influencia y el sentimiento de los principales actores políticos:
Claudia Sheinbaum mantiene una sólida aceptación con un 74% de percepción positiva (sentimiento: excitado/feliz) y una influencia positiva del 57% (sentimiento: excitado). En contraste, Rocío Nahle, aunque cuenta con un 54% de percepción positiva (sentimiento: sorprendido/relajado), enfrenta un 34% de influencia negativa (sentimiento: disgustado). Andrés Manuel López Obrador sigue siendo una figura dominante con una percepción positiva del 69% (sentimiento: feliz/excitado) y la mayor influencia positiva en el estado con un 68% (sentimiento: feliz), mientras que Cuitláhuac García enfrenta un panorama adverso con una percepción negativa del 66% (sentimiento: enojado/triste) y una influencia negativa del 55% sentimiento: enojado). En cuanto a los partidos políticos, el 54% de los evaluados expresó preferencia por alguna opción, pero un preocupante 27% rechazó todas las alternativas. Aún más alarmante es el desinterés electoral, donde el 74% (sentimiento: cansado/enojado) de los participantes mostró poco o nulo interés en las elecciones de 2025, y solo un 15% (sentimiento: asustado) está seguro de votar, mientras que un 47% (sentimiento: disgustado) permanece indeciso. Estos hallazgos subrayan la creciente desconexión emocional con la política y la necesidad de estrategias que vayan más allá del discurso tradicional para generar una verdadera movilización del electorado.
Al triangular respuestas, el estudio permite una comprensión más profunda del comportamiento. Por ejemplo, un participante puede declarar abiertamente su apoyo a un candidato, pero sus reacciones neurofisiológicas pueden revelar una respuesta emocional de aversión al ver ciertos estímulos asociados con esa figura política. Esta información permite a los estrategas ajustar sus mensajes y campañas de manera más efectiva, optimizando la conexión emocional con el electorado.
La neurociencia ha demostrado que las decisiones políticas no son el resultado de un análisis racional y deliberado, sino que están profundamente influenciadas por procesos emocionales que ocurren antes de la racionalización consciente. Regiones cerebrales como la amígdala, responsable del procesamiento emocional; el córtex prefrontal, encargado de la toma de decisiones; y el estriado ventral, asociado con la recompensa y la motivación, juegan un papel fundamental en la evaluación de candidatos y propuestas políticas. Estos sistemas neuronales modulan respuestas de empatía, miedo, confianza y aversión al riesgo, condicionando las preferencias electorales de manera inconsciente.
En un entorno político cada vez más competitivo y saturado de información, comprender los procesos emocionales y cognitivos que moldean las decisiones electorales es una ventaja estratégica indispensable. Las campañas que ignoren estos factores y continúen basándose únicamente en métodos tradicionales corren el riesgo de quedarse atrás, al no captar las motivaciones más profundas del electorado. La política del futuro no se limitará a lo que los votantes dicen o piensan de manera consciente, sino que explorará cómo sienten y qué determina sus decisiones a nivel neuronal, redefiniendo la relación entre política y ciudadanía, basándola en un entendimiento profundo y auténtico del comportamiento humano.
Neuropolls®, es un estudio que analiza opiniones y percepciones a través de la recolección de datos, garantizando información sistemática y representativa para la óptima y fundamentada toma de decisiones.
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