Campaigns and Elections México

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8 LECCIONES QUE NOS DEJA LA CAMPAÑA ELECTORAL DE EEUU

1.- Las elecciones se ganan en las urnas, no en los juzgados.

Es difícil encontrar un candidato con más problemas judiciales que Donald Trump (hasta 4 causas tenía abiertas en el momento de las elecciones), ¿le ha pasado esto alguna factura?, NINGUNA. Nadie ha dejado de votarle por ese motivo. Posiblemente, incluso ha alentado a alguno de sus fans y ha reforzado su relato victimista frente a los poderes tradicionales establecidos.

La lección que nos deja esto es que el empeño por judicializar la política sirve más bien de poco si no es para sacar por completo a un candidato de una elección. Ninguna de esas causas servían para separar a Trump de la carrera electoral, ni le inhabilitaban para ser presidente. 

La estrategia del ya presidente electo desde siempre ha sido la de alguien “outsider” fuera del sistema político que viene a cambiar las cosas, y que por eso es perseguido (a pesar de ser  multimillonario gracias a ese sistema) de todas las formas posibles por políticos, jueces y medios de comunicación. Recordar de forma continua sus problemas judiciales ha servido, sobradamente, para reforzar ese relato. Cada vez que sus rivales lo mencionaban, le estaban ayudando a ello.

2.- Cambiar de caballo a mitad de cruzar el río no sirvió para nada.

O sí. Ha servido para quemar a quien podría haber sido una futurible candidata en 2028. Una vez se decidió que el candidato era Biden, lo más inteligente hubiera sido seguir con él al frente hasta el final. Pero todo se hizo mal: se le eligió cuando no estaba capacitado físicamente para ello, se le cambió tarde, y se ha quemado a una Kamala Harris que, por edad, tenía mucho futuro por delante. Incluso como posible candidata presidencial. 

Las encuestas no reflejaban un castigo a Biden, sino un castigo a sus políticas. Por ello, tener de candidata a su vicepresidenta no cambiaba nada, tal y como demuestra el resultado final.

3.-  Sigue siendo la economía, estúpidos.

La frase “Es la economía, estúpido”, se le atribuye a James Carville, asesor de Bill Clinton en la campaña de 1992 y, 32 años después, sigue sirviendo para explicar gran parte de los resultados y campañas electorales.

6 de cada 10 estadounidenses consideraban que la economía iba mal y que su vida había empeorado en los últimos 4 años. Cuando eso ocurre, quien está en el gobierno tiene un grave problema. Y eso ha vuelto a ocurrir. Se suele decir que todas las elecciones son un referéndum entre continuidad y cambio. Si la gente considera que la economía va mal, lo lógico es que voten por un cambio.

Kamala Harris representaba continuidad. Ella misma reconoció en una entrevista que no habría hecho nada diferente a lo realizado por el gobierno del que formaba parte. El mensaje a los votantes fue claro.

La receta económica de Trump es simple y repetida: aranceles, restringir fronteras, libre mercado, apuesta por la industria propia. Y no meterse en líos en política exterior.

Ningún otro tema ha importado más en la campaña: ni las guerras, ni el aborto, ni la cultura, ni el feminismo. Nada. La economía, una vez más, ha primado por encima de todo en las motivaciones del voto.

4.- Las encuestas y los medios tradicionales tienen influencia limitada.

Que siguen importando, por supuesto. Pero su influencia, cada vez, es más limitada. Ni las encuestas sirven para predecir por completo un resultado electoral ni los medios influyen decisivamente en la construcción de la opinión pública.

En esta elección no es que las encuestas no acertasen, es que se mostraron completamente incapaces de predecir el resultado electoral. Acertaron más los agregados de apuestas que ellas. Hubo consenso entre todas en medir un empate técnico. El resultado está muy alejado de eso. Trump ha ganado claramente, y ninguna encuesta se acercó ni se atrevió a predecirlo.

Sobre los medios tradicionales, una vez más, hay que decir que quedan en entredicho. Si uno seguía durante las elecciones medios tradicionalmente demócratas o determinados medios internacionales la percepción que tenía es que Trump era imposible que ganara. Destacaban siempre, además, la anécdota de sus declaraciones llamativas y sus provocaciones, nunca sus propuestas. El esfuerzo por influir en el resultado electoral, cómo no, fue evidente. El resultado, una vez más, decepcionante.

De estas elecciones salen de nuevo reforzadas las redes sociales, y sobre todo el X de Elon Musk. Se lleva diciendo tiempo, pero ahora parece la definitiva: a día de hoy influyen más en los resultados electorales el uso de las redes sociales que los medios de comunicación tradicionales. Hay indicios de que Musk retocó el algoritmo de X para favorecer a Trump. Si es así, parece claro que estamos ante la mejor inversión de un empresario para influir en política en muchos años. Si Musk hubiera invertido en medios de comunicación el resultado no hubiera sido igual. Invirtió en comprar Twitter, y su apoyo a Trump le ha convertido en un empresario más que influyente, con línea directa con el despacho oval.

5.- Demonizar a un candidato le hace crecer y crecerse.

Ha ocurrido en muchos procesos electorales últimamente y en este más que en ningún otro. Cuando uno dedica la mayor parte de su tiempo de campaña a hablar del candidato rival, es que tiene un grave problema. Y si usted es candidato y recibe ataques de forma continuada, es que va bien.

Nadie golpea a un perdedor. La campaña demócrata estaba basada sólo en una cosa: no somos Donald Trump. Y el resultado ha sido claro: la gente prefería un gobierno de Trump.

Los minutos invertidos por la campaña demócrata en demonizarle no sólo no han servido para restarle votos sino que le han reforzado.

6.- Las celebrities no te aportan nada.

Mucho se habló del tremendo impacto que tendría el apoyo de Taylor Swift a un candidato en las elecciones. Pues ya hemos visto lo que ha pasado. No sólo anunció que apoyaría a Kamala, sino que usó un post de Instagram para atacar a Donald Trump. Su influencia, visto el resultado, parece que ha sido más bien escasa.

Tampoco hemos visto que sirviera de nada el enésimo apoyo de Bruce Springteen, de los actores de Hollywood o de Oprah Winfrey. En el otro bando, como principal figura cultural aparecía Hulk Hogan. Y un montón de cantantes de country.

Por lo tanto, podemos decir que lo que suele ser una gran preocupación en las campañas, el de conseguir apoyos de grandes celebridades, es algo que pasó a mejor vida y quedó en el pasado. Es una pérdida de tiempo y de recursos que no se traduce en votos.

7.- Cuidado con quien te apoya, no vaya a hacer crecer al rival.

Trump llegó al gobierno por primera vez después de los gobiernos de Obama. Me parece que mostrar a éste y a su esposa en la campaña de Kamala Harris ha activado más el voto de los republicanos que de los demócratas. Hay que tener cuidado con lo que se activa en campaña porque muchas veces hace crecer más el efecto contrario al esperado. Y me parece que determinados apoyos que ha recibido a Kamala, todos ellos obvios, no han servido para que creciera su voto. Al contrario, han recordado a mucha gente por qué votar por Trump. Por eso hay que evaluar bien y no asociarse a nada que no sume más de lo que resta.

8.- El discurso le gana al marketing.

Y para finalizar, algo que tienen en común todas las últimas elecciones y campañas. No hay mejor marketing que tener un buen discurso. Y no se trata de decir cosas bonitas, se trata de decir cosas que llamen la atención y que impacten en el electorado. Y que respondan a una estrategia bien planificada. Por mucho que tú tengas un buen marketing, si éste está vacío de contenido no te va a servir de nada. La campaña de Kamala fue correcta en imagen, pero vacía en el contenido. Sin propuestas de calado y sin un discurso que se recuerde. 

En lo que a impactar con las palabras se refiere, nadie puede negarle a Trump su primacía. Gustará más o menos, pero lo que dice se recuerda y deja calado. Pero lo más importante es que moviliza

Por eso estamos en la era donde importa más lo que se dice que cómo se dice. 

Esa, una vez más, debe ser la gran enseñanza de la campaña electoral que volvió a hacer de Donald Trump el presidente de los Estados Unidos.

Javier Sánchez Glez. es consultor en comunicación política y electoral con 15 años de experiencia en España y Latinoamérica, y ha trabajado para todos los principales partidos de México.

@javisanchezglez en redes sociales