Entre gritos y portazos, 4T consigue aprobación de Reforma Judicial

Por Víctor Hugo Juárez

Entre gritos, portazos, traiciones y presuntas desapariciones, los partidos de la Cuarta Transformación lograron sacar la aprobación de la Reforma al Poder Judicial de la Federación, con 86 votos a favor y 41 en contra de la oposición, lo que representó la mayoría calificada que exige la ley para hacer cambios a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Desde días previos a la aprobación de esta iniciativa enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, trabajadores del Poder Judicial iniciaron una movilización en las calles y en las sedes del Congreso de la Unión para protestar contra esta reforma.

Sin embargo, fue ayer cuando los ánimos de los manifestantes se salieron de control y a la fuerza entraron a la sede del Senado de la República para interrumpir la sesión.

Ante estos hechos, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, determinó un receso y cambiaron la sede de la sesión a la Casona de Xicoténcatl, que se habilitó como recinto alterno para continuar con el desarrollo de la sesión.

Aunque los manifestantes se movilizaron a este lugar el recinto fue resguardado por elementos de seguridad pública, que repelieron y evitaron que los manifestantes volvieran a interrumpir la sesión.

Morena, PT y PVEM solo contaban con 85 votos garantizados de los 86 que necesitaba para lograr la aprobación de la reforma y fue el panista Miguel Ángel Yunes quien otorgó el voto definitivo ante los gritos de “traidor” por parte de las y los senadores de oposición.

En el vaivén de senadores, destacó también la ausencia del senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda Pavón, quien presuntamente había sido detenido por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, sin embargo, horas después se desmintió esta versión y el legislador se reportó libre en la Ciudad de México.

Al final, la iniciativa se aprobó con mayoría calificada y fue turnada a las 32 entidades federativas para su aprobación final, donde se requiere el aval de la mitad más uno de los congresos locales, que en su mayoría tienen mayor representación de Morena y partidos aliados.