Ideas para armar Edición Kindle. Por Avidel Villarreal Gálvez
Todos los días se hace más evidente que uno de los imperativos de la política real es la experticia estratégica. Cada campaña pasa por varias etapas de estructuración y diseño. Pero todas comienzan en el caos de la emoción por lo que significa la posibilidad de competir y ganar. Una decisión personal de alguien que siente que puede hacer la diferencia, que su liderazgo está llamado a conducir a sus conciudadanos por senderos de paz y prosperidad. Pero nunca está solo en ese propósito. Otros piensan lo mismo. Y sin importar cuánto peso tenga su trayectoria, debe competir, primero para obtener la nominación de su partido y, después, el respaldo mayoritario de los electores.
Al principio todo es voluntarismo y ganas. Pero muy pronto todos caen en cuenta que lograr el triunfo es algo más que eso. Requieren organización, recursos económicos, materiales y humanos, división de tareas, uso eficiente del tiempo y la disciplina de la conducción estratégica que apunta todo el tiempo el rumbo hacia la meta.
Cada una de las áreas que constituye los diferentes frentes de batalla de la campaña exige un principio ordenador, un talento específico, ganas y disposición para el trabajo en equipo, control de las ambiciones para que no conspiren contra el objetivo superior, y toma de decisiones efectivas para darle sentido a toda la buena disposición de amigos, simpatizantes, financistas y aliados que, llegado el momento, quieren participar en posiciones de relevancia.
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