Por Xabier Peytibi@xpeytibiEn enero de 2011, los científicos sociales Michel, Kui Shen, Presser, Veres,Gray, Picket, Hoiberg, Clancy, Norvig, Pinker y Novak, junto al equipode Google Books, publicaron un interesantísimo artículo de investigación encomún en la revista Science, titulado “Quantitative Analysis of Culture UsingMillions of Digitized Books”.En su trabajo analizaron gracias a ordenadores un corpus de textosdigitalizados que contiene 5,2 millones de libros, aproximadamente el 4% detodos los libros impresos en la historia de la humanidad. El análisis de estecorpus permite investigar las tendencias culturales cuantitativamente,centrándose en los fenómenos lingüísticos y culturales que se reflejan en elidioma Inglés entre los años 1800 y 2000. Se muestra cómo este métodopuede proporcionar información sobre campos tan diversos como lalexicografía, la evolución de la gramática, la memoria colectiva, la adopción dela tecnología, la búsqueda de la fama, la censura y la epidemiología histórica.Analizaron 500 millones de palabras (361 millones en inglés), y de su estudioemanan interesantes resultados, de los que destacaría:– Hay palabras muy usadas que luego desaparecen. Un ejemplo es“esclavitud”, ampliamente usada en libros del siglo XIX, especialmente durantela guerra civil norteamericana (igual que las palabras norte y sur –ahora se usamás “el enemigo”).– Palabras que se usaban comúnmente, como “la gran guerra” ahora se dicendiferente: “1ª guerra mundial”.– Se han añadido 8.500 palabras nuevas al año solo los últimos 50 años.– Han desaparecido por obsoletas 2.220 palabras, por ejemplo “alcalescente”,que se usaba en el siglo XIX– Entre las personas famosas, cada vez se habla de ellos más pronto, perodura poco el efecto. Se ha calculado que en el s. XIX, llegaban a ser famosos,de media, a los 43 años de edad. En la actualidad, a los 29 años. Sin embargo,se habla de ellos solo durante 3 o 4 años, cuando antes era 8 años deduración. En la actualidad, la gente se puede hacer famosa antes que nunca,pero también desaparecen antes que nunca de los libros.– Los políticos llegan a ser famosos hacia sus 50 años de vida. De laspersonas de las que más se habla es de actores, escritores y de políticos.– La política de cada época hace que muchas personas desaparezcannotoriamente de la historia. Por ejemplo, Marc Chagall (artista judío)desapareció de casi todos los libros alemanes entre 1936 y 1945. En cambio,se siguió hablando de él en libros en inglés. Otros ejemplos son Trotsky enRusia, Tiananmen en China o los 10 de Hollywood en Estados Unidos.Este estudio me ha hecho preguntarme como ha cambiado el lenguajepolítico a lo largo de los años. El auge de la televisión y de la prensa de 24horas, además, ha producido un importante efecto en el lenguaje, ya que amenudo, no importa el contenido del mensaje, sino que los políticos sonconscientes de que el discurso cuidadosamente hilado y dotado de múltiplesrecursos argumentales no tiene una traslación efectiva al público una vez hasido filtrado por los medios. El periodista no es ya quien busca las noticias, sinoel que las selecciona, por lo que buscará la frase que resuma lo que se quieredecir.Sin embargo, el lenguaje debe de seguir cuidándose, y adaptándose a cadapúblico. Un buen ejemplo [malo] lo tenemos en España en 1999, cuando elcandidato Joaquín Almunia, criticó las stock options de Telefónica, sin caer enla cuenta que entonces absolutamente nadie sabía qué eran. Otro ejemplo, enUruguay, se ha dado al calcular el tamaño de las frases de su legislación. Seha demostrado que lo que escriben los legisladores no tiene nada que ver conlo que hablan las personas normales y corrientes. El número de palabras quedebe contener una frase no debería superar las 20, para que el mensaje seamás directo y concreto. Descartes llegó a 74 y Proust a 39, lo que en laactualidad se consideraría farragoso. En los textos legales de Uruguay, lasfrases son cada vez más largas y han llegado a detectar una con nada menosque 127 palabras, como para no perder el hilo. Ya lo decía Frank Luntz, loimportante no es lo que tú dices, sino lo que ellos entienden.Por lo que se refiere a las palabras usadas en política en España, Miguel ÁngelRebollo publicó un gran estudio al respecto, analizando textos políticos desdeel siglo XVIII hasta la actualidad, y se pueden ir señalando cuáles son laspalabras que sirven de referencia en cada período. En la Ilustración (1700-1808) imperan términos como luz, ilustrar, nación, felicidad, sociedad y libertad, que eran comprendidos por las gentes de la época.Libertad aun la usamos, pero como indica el autor, “luz” y “felicidad” las hemosdesterrado del discurso político.A partir de 1833 se empiezan a usar diferenciaciones del tipo «izquierda» y«derecha» apoyadas en algo tan claro como la situación física de las faccionespolíticas en la Asamblea francesa. También se empieza a hablar de «nación»,«estado» y «gobierno».En la segunda república (1931) se usan términos como fascismo, y durante elfranquismo: movimiento, cruzada y democracia orgánica. En los años70, tecnocracia.En la actualidad, estamos ante un abandono de términos clásicos como«izquierda» y «derecha», y cada vez se habla más de “centro”. También haypalabras que se repiten de manera constante: renovación y nuevo (-a), cargadas de un significado muy difuso. Lo que se quiere expresar es la idea de que el partido va a tomar un rumbo diferente.Como indica Rebollo, “el léxico político es un reflejo de la sociedad. Lapresencia de unos determinados términos nos proporcionan datos de lo que esuna sociedad, y, lo que es más importante, la ausencia de ciertas palabras estan significativa como su aparición”. Hoy en día ya no se habla de búsquedade felicidad. No sé si los políticos actuales volverán a buscarla, pero, comoindicaba el primer estudio, cada vez tienen menos años para hacerseconocidos por haberla buscado para sus ciudadanos.
Por Xabier Peytibi @xpeytibi En enero de 2011, los científicos sociales Michel, Kui Shen, Presser, Veres, Gray, Picket, Hoiberg, Clancy, Norvig, Pinker y Novak, junto al equipo de Google Books, publicaron un interesantísimo artículo de investigación en común en la revista Science, titulado “Quantitative Analysis of Culture Using Millions of Digitized Books”. En su trabajo analizaron gracias a ordenadores un corpus de textos digitalizados que contiene 5,2 millones de libros, aproximadamente el 4%
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